Es bien sabido que en México y en el resto del continente americano la cultura del ahorro no está muy bien arraigada en la mayoría de la población. Aunado a esto, está el hecho de que durante la vida productiva de todo individuo se pasa por diversas crisis económicas que resultan en que todo ingreso obtenido sea destinado al pago de algún gasto o deuda, lo cual hace difícil que quede un remanente para guardar en una cuenta de ahorros o destinarlo a algún fondo de inversión.
Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que a medida de nuestra vida productiva los ingresos varían, llega el momento del retiro y es cuando dejamos de ser productivos laboralmente en la totalidad. Por eso, tenemos una obligación moral con nosotros mismos de reservar una porción de nuestros ingresos durante nuestra edad productiva para este momento, ya que entonces seguiremos teniendo necesidades.
Al no estar presente esta cultura de previsión y ahorro en la mayoría de la población, resulta que en la actualidad la mayoría de personas retiradas dependan financieramente de sus familiares o del gobierno.
Independientemente del ingreso de cada individuo, existen planes que se ajustan prácticamente a cualquier presupuesto, por lo que el ahorro sistemático y permanente es una opción que debería ejercerse en todo momento. Se trata de una decisión muy personal en la que muchos factores intervienen, pero la realidad es que el deterioro de nuestras capacidades en edades avanzadas es una constante, por lo que se vuelve una necesidad ahorrar desde el momento más temprano en que se pueda.
Dicho esto, la creación de una disciplina de ahorro y previsión es imperativa; y mientras más temprano se comience a invertir en pro de un retiro digno, menor será la porción necesaria a aportar cada año. Si bien lo ideal es comenzar tan temprano como a principios de nuestros 20, nunca es tarde para comenzar a invertir en nuestro retiro.
Conoce más de nuestros servicios en www.bfactuarios.com